y ah´i vi derrrfscubri deccrrranulé
el ruifffdo entre yo yzzé el pibito que siempre fuisoy
no me deja llorar
que tipo fuerte que somodrfs
miércoles, 10 de septiembre de 2014
martes, 9 de septiembre de 2014
tu rubio
-vos me dijiste! yo no inventé nada!-
por suerte
de tu mente
si fuera acaso
de carne y hueso
no te daría bola
por gorda
e ilusa
-vos me dijiste! yo no inventé nada!-
por suerte
hay gente que camina
muy cerca tuyo
que puede olerte
y darte amor
¿pensarías en ese rubio
mientras te cepillas al pibe
que atiende el kiosco?
Seguro que no,
y hay unos momentos
en los que te olvidás
hasta de quién
sos
¿pensarías en ese rubio
mientras te cepillas al pibe
que atiende el kiosco?
Seguro que no,
y hay unos momentos
en los que te olvidás
hasta de quién
sos
martes, 2 de septiembre de 2014
lunes, 1 de septiembre de 2014
miércoles, 27 de agosto de 2014
pájaro ciento uno
Recuerda que mientras andaban juntos, imaginó un futuro en el cual te encontraba en el bondi, algún tiempo después de haberse separado.
En tal ensueño te preguntaba en que andabas, y le comentabas de tu vida, así como cualquier persona comparte sus pensamientos con algún conocido. Era tan raro meterse en ese futuro probable. Lo invadía la nostalgia. Lo emborrachaba la inequívoca idea de que todo iba a tener un final. No podía amarte más, recreando algo que todavía no pasó, mientras miraba tus ojos gigantes que en actitud pensativa se hacían un poco más profundos y lunares. Aquel día, la luz que entraba en diagonal iluminaba un rectangulito en tu cara y volcaba brilo en tu nariz, esa naricita que lo hizo morderse los labios y hablarte por primera vez.
Vos eras una chica suave, más que ahora. Mirabas películas y leías mucho. Caminaste por las librerías de avenida Corrientes desde chica, todas esas veces que vos y tu viejo se quedaban dormidos para ir a la escuela y nos le quedaba otra que llevarte a la oficina. Estar encerrada te aburría y te empujaba a vagabundear por el centro. También te animaste a fumar tus primeros cigarrillos ¿Y te acordás que hasta te conseguiste una gorra tejida al crochet para pasear como una pequeña femme fatale?. Tu estilo no era la pena ni la depresión, sin embargo, cultivabas un dulce aire meláncolico. Tibia y risueña. Resonaban tus zapatitos mientras tus pensamientos pintaban como lenguas todo a tu alrededor, y perfeccionaste el arte de pasar las horas embebida en las imágenes que te daban tus libros en la noche. Así también pudiste creer en la rítmica novela de amor cuando lo conociste.
Recuerda que no había nada tan ajeno a ustedes como ese final. Que vos lo hundiste en vos y te sumergiste en él de manera tal, que figurarse en una coincidencia cotidiana a la postre de tanto gozo, dicha, furia, era una aventura deliciosa por lo insólito.
Recuerda que jugaba a eso, en tanto vos lo besuqueabas y le contabas alguna idea, en el viaje en colectivo, uno de los últimos, con las ventanillas abiertas que dejaban pasar el aire fresco volándole los pelos a los dos. Lo recuerda ahora, emplazado en medio de ese futuro. ¿Cómo se puede ser tan tonto? ¿Tan adicto a jugar con lo que no es?. Parece que simplemente lo necesitaba.
Saber que todo iba a concluir, con ruido o con flashes, de manera amistosa y repleta de lágrimas para combinarse con el odio y el miedo, de a ratos, llenando toda esa burbuja con solemnidad, con códigos rotos y planes en trozos que cada uno guardaba donde podía. Le urgía poder saltarse todo eso con una o dos ideas para así llegar al valle que viene después del duelo. Ese espacio onírico de mesura y tregua, donde era posible saludarse con simpatía en un encuentro casual sin sentir más que liviana melancolía inventada. Y es que se divertía con los cien pájaros que volaban mientras podía amar a su pajarito y juntaba ramas para un nido.
Momentos antes de la ruptura se bajaron del colectivo y entraron a su departamento. Abrió un vino y empezó a picar las cebollas para la salsa. Un fin para un principio.
Así como un presagio se cortaba un poco la piel de su dedo índice, y así como una chispa explotaba en rabia. Vos, bombón, corriste al baño a buscar gaza y alcohol y cuando llegaste a socorrerlo y le limpiaste la herida, él, incómodo, te agredió, al instante se excusó, pero a vos te invadía de pronto una bronca irrefenable. Te acordaste de cosas que se habían mantenido solapadas en tu memoria. Te sentías estúpida e incomprendida ¿Una pequeña falta de atención era para tanto? Si, para tanto, porque no era la primera vez y todo tu amor se transformaba en desidia, y cada beso que se habían dado se transformaba en una piedra que te golpeaba. Ahora, es decir en ese momento, tu imaginación también te hería. La casa de cemento alisado y paredes blancas que brillaba bajo el sol de algún lugar del gran Buenos Aires, con esos hijitos que no nacieron ni estaban en planes. Y el perrito a veces blanco y morrudo, a veces paticorto, a veces simplemente el perro que hubieran tenido seguía siendo de aire, pero ahora en vez de brindarte la dicha que motorizaba tu paciencia para con tus viejos hinchapelotas y tus rutinas desgastantes transfiguraba, sin siquiera existir, a ser una frustación más. Y al sueño te lo arrancaba de los brazos el hecho de que sea, compartido o no, junto a ese ingrato, al que estabas dejando de querer en esa cocina, con las cebollas todavía crepitando en la sartén.
Hombre duro y recio, amante en secreto de la poesía y las flores. Cuando chico se escapaba de su casa, corría a la canchita de pasto sintético que quedaba a mitad de cuadra, y se quedaba ahí, viendo pasar a los grupos de amigos que iban y venían. Siempre atento a poder colarse, a la primera oportunidad, en los partidos de futbol 5. Si no estaba ahí estaba con otros vagos de la escuela fumando cigarrillos y hablando a los gritos de drogas que nunca habían probado (luego las habría de probar todas) y de hazañas sexuales medio mentira medio verdad. Siempre con mirada de gato, cuando te vió corrió como un cazador para tirarse en tu plato, como presa.
Las idas y venidas post-ruptura, por dios, densas y avergonzantes. El espíritu del cariño juntándolos para abandonar primero a uno, después a otro, de manera discontinua, sin explicación ni piedad, jugando durante meses con ustedes y sus corazones. ¡Cuánta confusión!.
Eso no estaba en sus fantasías ni en la tuyas, se ve que sus cien pájaros volando eran muy distintos, a pesar de ser parte vital de este concierto entre lo que pasa y lo que no, a pesar de ir variando su peso y sus caras de acuerdo a la humedad de los besos, o el ritmo de él, o olor de las aromáticas del balcón o tu aliento, quién sabe... qué sé yo.
El punto cúlmine fue su teoría sobre las flores. No te la esperabas. Te compartió aquel secreto, que variaba entre mapas del universo y coreografías astronómicas escritas en los pétalos, y te lo explicó con la ternura de un cachorro. El campo fértil para que, en tu corazón, queden ambos transformados en criaturas mitológicas y su historia de amor en una fábula antigua que reencarnaba en el presente, estaba arado y presto para tus semillas de fanática diosa.
¿Cuánto de lo que pasó te habría pasado sin ayuda de lo que no existe? ¿Era el romance posible sin ese épico paraje final fulgurando por momentos en cabeza de él?
La tónica de este romance se encuentra más allá de las palabras, en ese terreno sin yoes ni tues. El romance en sí fueron esos fugases momentos de disolución uno a través del otro. Pero las formas, lo que ustedes necesitaban para sostenerse y persistir en el intento de unirse, eran el terreno del oficio. Abrillantar y llenar de misterio tu oficio. Observar, velar y creer oficio de él.
Sé que siempre va a haber una lágrima para derramar a causa de tantos "pudo haber sido". Cambiar de perspectiva por una cachetada de conciencia siempre es doloroso y hasta retorcido. Sin embargo, aquel hijo que llevabas en tu vientre sin haber quedado embarazada nunca murió. Entiendo que él se muestra recto y poderoso sin perjuicio de que acaso alguna tarde lo encuentre mirando tu foto tratando de imaginar como su mueven como la luna tus ojos. Entiendo que te regala cinco o seis lágrimas eventuales.
Recuerda que jugaba a imaginarse viviendo sin vos y darse cuenta que por raro era tentador, pero imposible. Lo que no sabe es que la fantasía suele aterrizar como una nave sin que nadie se dé cuenta y, como una bandada de pájaros cuando nada los molesta, comen y se hacen vivientes organismos. No sabe pero ve, como el mero ensueño alimentó tu alma y la suya, proveyendo la dieta balanceada que las mantenía fuertes en el mundo real, donde bailan sus cuerpos. Recuerda ver dar un pequeño salto, luego el batir de alas, y así su amor, sus paseos y sus crónicas se transformaban en otro pájaro, tal vez el número ciento uno.
Dante Chianetta
te ChianDanetta
En tal ensueño te preguntaba en que andabas, y le comentabas de tu vida, así como cualquier persona comparte sus pensamientos con algún conocido. Era tan raro meterse en ese futuro probable. Lo invadía la nostalgia. Lo emborrachaba la inequívoca idea de que todo iba a tener un final. No podía amarte más, recreando algo que todavía no pasó, mientras miraba tus ojos gigantes que en actitud pensativa se hacían un poco más profundos y lunares. Aquel día, la luz que entraba en diagonal iluminaba un rectangulito en tu cara y volcaba brilo en tu nariz, esa naricita que lo hizo morderse los labios y hablarte por primera vez.
Vos eras una chica suave, más que ahora. Mirabas películas y leías mucho. Caminaste por las librerías de avenida Corrientes desde chica, todas esas veces que vos y tu viejo se quedaban dormidos para ir a la escuela y nos le quedaba otra que llevarte a la oficina. Estar encerrada te aburría y te empujaba a vagabundear por el centro. También te animaste a fumar tus primeros cigarrillos ¿Y te acordás que hasta te conseguiste una gorra tejida al crochet para pasear como una pequeña femme fatale?. Tu estilo no era la pena ni la depresión, sin embargo, cultivabas un dulce aire meláncolico. Tibia y risueña. Resonaban tus zapatitos mientras tus pensamientos pintaban como lenguas todo a tu alrededor, y perfeccionaste el arte de pasar las horas embebida en las imágenes que te daban tus libros en la noche. Así también pudiste creer en la rítmica novela de amor cuando lo conociste.
Recuerda que no había nada tan ajeno a ustedes como ese final. Que vos lo hundiste en vos y te sumergiste en él de manera tal, que figurarse en una coincidencia cotidiana a la postre de tanto gozo, dicha, furia, era una aventura deliciosa por lo insólito.
Recuerda que jugaba a eso, en tanto vos lo besuqueabas y le contabas alguna idea, en el viaje en colectivo, uno de los últimos, con las ventanillas abiertas que dejaban pasar el aire fresco volándole los pelos a los dos. Lo recuerda ahora, emplazado en medio de ese futuro. ¿Cómo se puede ser tan tonto? ¿Tan adicto a jugar con lo que no es?. Parece que simplemente lo necesitaba.
Saber que todo iba a concluir, con ruido o con flashes, de manera amistosa y repleta de lágrimas para combinarse con el odio y el miedo, de a ratos, llenando toda esa burbuja con solemnidad, con códigos rotos y planes en trozos que cada uno guardaba donde podía. Le urgía poder saltarse todo eso con una o dos ideas para así llegar al valle que viene después del duelo. Ese espacio onírico de mesura y tregua, donde era posible saludarse con simpatía en un encuentro casual sin sentir más que liviana melancolía inventada. Y es que se divertía con los cien pájaros que volaban mientras podía amar a su pajarito y juntaba ramas para un nido.
Momentos antes de la ruptura se bajaron del colectivo y entraron a su departamento. Abrió un vino y empezó a picar las cebollas para la salsa. Un fin para un principio.
Así como un presagio se cortaba un poco la piel de su dedo índice, y así como una chispa explotaba en rabia. Vos, bombón, corriste al baño a buscar gaza y alcohol y cuando llegaste a socorrerlo y le limpiaste la herida, él, incómodo, te agredió, al instante se excusó, pero a vos te invadía de pronto una bronca irrefenable. Te acordaste de cosas que se habían mantenido solapadas en tu memoria. Te sentías estúpida e incomprendida ¿Una pequeña falta de atención era para tanto? Si, para tanto, porque no era la primera vez y todo tu amor se transformaba en desidia, y cada beso que se habían dado se transformaba en una piedra que te golpeaba. Ahora, es decir en ese momento, tu imaginación también te hería. La casa de cemento alisado y paredes blancas que brillaba bajo el sol de algún lugar del gran Buenos Aires, con esos hijitos que no nacieron ni estaban en planes. Y el perrito a veces blanco y morrudo, a veces paticorto, a veces simplemente el perro que hubieran tenido seguía siendo de aire, pero ahora en vez de brindarte la dicha que motorizaba tu paciencia para con tus viejos hinchapelotas y tus rutinas desgastantes transfiguraba, sin siquiera existir, a ser una frustación más. Y al sueño te lo arrancaba de los brazos el hecho de que sea, compartido o no, junto a ese ingrato, al que estabas dejando de querer en esa cocina, con las cebollas todavía crepitando en la sartén.
Hombre duro y recio, amante en secreto de la poesía y las flores. Cuando chico se escapaba de su casa, corría a la canchita de pasto sintético que quedaba a mitad de cuadra, y se quedaba ahí, viendo pasar a los grupos de amigos que iban y venían. Siempre atento a poder colarse, a la primera oportunidad, en los partidos de futbol 5. Si no estaba ahí estaba con otros vagos de la escuela fumando cigarrillos y hablando a los gritos de drogas que nunca habían probado (luego las habría de probar todas) y de hazañas sexuales medio mentira medio verdad. Siempre con mirada de gato, cuando te vió corrió como un cazador para tirarse en tu plato, como presa.
Las idas y venidas post-ruptura, por dios, densas y avergonzantes. El espíritu del cariño juntándolos para abandonar primero a uno, después a otro, de manera discontinua, sin explicación ni piedad, jugando durante meses con ustedes y sus corazones. ¡Cuánta confusión!.
Eso no estaba en sus fantasías ni en la tuyas, se ve que sus cien pájaros volando eran muy distintos, a pesar de ser parte vital de este concierto entre lo que pasa y lo que no, a pesar de ir variando su peso y sus caras de acuerdo a la humedad de los besos, o el ritmo de él, o olor de las aromáticas del balcón o tu aliento, quién sabe... qué sé yo.
El punto cúlmine fue su teoría sobre las flores. No te la esperabas. Te compartió aquel secreto, que variaba entre mapas del universo y coreografías astronómicas escritas en los pétalos, y te lo explicó con la ternura de un cachorro. El campo fértil para que, en tu corazón, queden ambos transformados en criaturas mitológicas y su historia de amor en una fábula antigua que reencarnaba en el presente, estaba arado y presto para tus semillas de fanática diosa.
¿Cuánto de lo que pasó te habría pasado sin ayuda de lo que no existe? ¿Era el romance posible sin ese épico paraje final fulgurando por momentos en cabeza de él?
La tónica de este romance se encuentra más allá de las palabras, en ese terreno sin yoes ni tues. El romance en sí fueron esos fugases momentos de disolución uno a través del otro. Pero las formas, lo que ustedes necesitaban para sostenerse y persistir en el intento de unirse, eran el terreno del oficio. Abrillantar y llenar de misterio tu oficio. Observar, velar y creer oficio de él.
Sé que siempre va a haber una lágrima para derramar a causa de tantos "pudo haber sido". Cambiar de perspectiva por una cachetada de conciencia siempre es doloroso y hasta retorcido. Sin embargo, aquel hijo que llevabas en tu vientre sin haber quedado embarazada nunca murió. Entiendo que él se muestra recto y poderoso sin perjuicio de que acaso alguna tarde lo encuentre mirando tu foto tratando de imaginar como su mueven como la luna tus ojos. Entiendo que te regala cinco o seis lágrimas eventuales.
Recuerda que jugaba a imaginarse viviendo sin vos y darse cuenta que por raro era tentador, pero imposible. Lo que no sabe es que la fantasía suele aterrizar como una nave sin que nadie se dé cuenta y, como una bandada de pájaros cuando nada los molesta, comen y se hacen vivientes organismos. No sabe pero ve, como el mero ensueño alimentó tu alma y la suya, proveyendo la dieta balanceada que las mantenía fuertes en el mundo real, donde bailan sus cuerpos. Recuerda ver dar un pequeño salto, luego el batir de alas, y así su amor, sus paseos y sus crónicas se transformaban en otro pájaro, tal vez el número ciento uno.
Dante Chianetta
te ChianDanetta
viernes, 25 de julio de 2014
sentirse zarpado
no
te
lo
tomés
a
título
personal
me acuerdo cuando descubrí que la luz de ese puntero laser que le compré a un mantero de la av rivadavia reflectaba perfectamente en un espejo
espejito
rebotín
guglié la palabra "majadería" mientras ronzaba una manzana
Hecho
o
dicho
impertinente,
molesto
o grosero:
ronzar: Hacer ruido al masticar un alimento quebradizo.
Me volvió loco ese efecto, me hizo creer que lo que necesitaba era un buzo de espejos, sí, como una bola pero buzo.
eran principios
puros principios
hacerles rebotar a todos su mierda
era justo
y yo era un niño que amaba la justicia
no
te
lo
tomés
a
título
personal
me acuerdo cuando descubrí que la luz de ese puntero laser que le compré a un mantero de la av rivadavia reflectaba perfectamente en un espejo
espejito
rebotín
guglié la palabra "majadería" mientras ronzaba una manzana
Hecho
o
dicho
impertinente,
molesto
o grosero:
ronzar: Hacer ruido al masticar un alimento quebradizo.
Me volvió loco ese efecto, me hizo creer que lo que necesitaba era un buzo de espejos, sí, como una bola pero buzo.
eran principios
puros principios
hacerles rebotar a todos su mierda
era justo
y yo era un niño que amaba la justicia
jueves, 24 de julio de 2014
La vaquita se queda ahí en la puerta del restorán de carnes
carnes
carnes
carnes
carnes
asadas
asadazas
asdassdasd
mucho jipjap en las conchetas de santa fe veo
mucho hip star
mucho blim blim
me salen dientitos en los ojitos
ñam ñam ñam ñam ñam
carne embutida en tela
QUE ABURRIDO
AIIII
CUÁNTO ABURRIMIENTO
se nota en las caras las jetas las truchas
en las piernas las gambas
en la tarde en la hora pico explota la avenida explota revienta
el ritmo celular
el ritmo tipo colonia
el ritmo aplastaviejos
correte imbécil
correte lareputaqueteparió
habría que vernos si nos regalaran a cada uno un martillo
cómo sería!
cómo sería, no!?
APLASTAR COMO MANTECA LOS CRÁNEOS
eso lo digo yo...
eso lo grita uno
mis con-ciudadanos están muy cansados
atendiendo los kioscos y los locales de venta de celulares
Nótese que hay uno o dos por cuadra en este barrio norte
y uno atraviesa la jungla
como si de una jugada se tratara
como si terminar lo antes posible el capítulo
diera paso a un cucurucho de satisfacción
TRIPLE BACON!!!
Te juro que nos miramos con esa chica con una complicidad...
exitante
casi chocamos los 5 cuando nos encontramos justo en medio de la senda peatonal
los dos como maratoniantes risueños
y el punch punch frenético
punch iiiiiiiik fraúúúmmm
acá me hablan de la interferencia de la metrópoli
un banquete de chamuyos
muy
rico.
lunes, 21 de julio de 2014
cerca del agujero:
Un leoncito
Un leoncito de juguete
Cada vez más flaquito
pobrecito
pobrecito
Tan parco y alegre
en un mismo momento
Él no sabe mas que carajo hacer
ni le quedan más flores
Y tanta invisible espuma negra
de un bufido le sale al choque
cuando abre el tarro de yerba
o cuenta las planillas
o come un bocado en el almuerzo
no la va a ver
nunca más
tanta espuma negra
tan negra
Sus ojos se ven desorbitados
el leoncito
pobrecito
en una pálida avenida
miles de Güanacos
lo aplastan.
Un leoncito
Un leoncito de juguete
Cada vez más flaquito
pobrecito
pobrecito
Tan parco y alegre
en un mismo momento
Él no sabe mas que carajo hacer
ni le quedan más flores
Y tanta invisible espuma negra
de un bufido le sale al choque
cuando abre el tarro de yerba
o cuenta las planillas
o come un bocado en el almuerzo
no la va a ver
nunca más
tanta espuma negra
tan negra
Sus ojos se ven desorbitados
el leoncito
pobrecito
en una pálida avenida
miles de Güanacos
lo aplastan.
Seguramente ves
Avecinándose justo
un rasgo facial
que se enciende
familiar
Tanteás la noche
volteás sin más
zumbido seco
en tus oídos
rellenos de mus
gota busca gota
tan tan pendiente
Trinos que graciosos
se sumen en la calle
y sube por la sangre
en guirnaldas pardas
esebetúnquenodejavernada
Veneno bello
su sirviente que anhela
los dos ojos dos lunas
ese brillo amarilloso
Tritura en palabras
eso que se siente
venciendo así los rituales de amor que lo protegían
pero que hay sin las palabras?
se vuelan los ritmos, queda un alma
y encuentro una pena
ES PURO VAIVÉN,
EL ENMASCARADO
NO TIENE RAZONES
PERO SI REFLEJOS
MUY PUROS
te ví que reís
yo hago lo mismo
la sólida lucha
se hace así y siempre.
Avecinándose justo
un rasgo facial
que se enciende
familiar
Tanteás la noche
volteás sin más
zumbido seco
en tus oídos
rellenos de mus
gota busca gota
tan tan pendiente
Trinos que graciosos
se sumen en la calle
y sube por la sangre
en guirnaldas pardas
esebetúnquenodejavernada
Veneno bello
su sirviente que anhela
los dos ojos dos lunas
ese brillo amarilloso
Tritura en palabras
eso que se siente
venciendo así los rituales de amor que lo protegían
pero que hay sin las palabras?
se vuelan los ritmos, queda un alma
y encuentro una pena
ES PURO VAIVÉN,
EL ENMASCARADO
NO TIENE RAZONES
PERO SI REFLEJOS
MUY PUROS
te ví que reís
yo hago lo mismo
la sólida lucha
se hace así y siempre.
miércoles, 16 de abril de 2014
en el tren:
yo Velo tu estela de salvia
la huelo, la anhelo
sacudo el límpido líquido
metálico melancólico
vigilo algún lúgubre pasaje
lavo, lacónico y culposo
con lanas de alambre apretado
las tiras de hule
libando una tarde
leones de trasnoche
celebro encendido
este soleado salmo
salpico con prístinas gotas
de lisísima y deliciosa silueta
para divertirnos y termino
conociéndonos
y efímero afán de perpetuidad que finaliza
infartando
hacia adentro
fogozo fuero interno
que desafía toda metáfora
fataliza y fugaz
se muere.
yo Velo tu estela de salvia
la huelo, la anhelo
sacudo el límpido líquido
metálico melancólico
vigilo algún lúgubre pasaje
lavo, lacónico y culposo
con lanas de alambre apretado
las tiras de hule
libando una tarde
leones de trasnoche
celebro encendido
este soleado salmo
salpico con prístinas gotas
de lisísima y deliciosa silueta
para divertirnos y termino
conociéndonos
y efímero afán de perpetuidad que finaliza
infartando
hacia adentro
fogozo fuero interno
que desafía toda metáfora
fataliza y fugaz
se muere.
lunes, 31 de marzo de 2014
viernes, 28 de marzo de 2014
y las volutas
salían del pucho
teniendo el decoro
de enrularse
para contar como están hechas
las materialidades
de respiro y suspiro
de giros en espiral
siempre se puede ser más chico
y mas grande!
las flores conocen los números
el orden obsesivo no pareciera
ser cosa
solamente de algunas personalidades
salían del pucho
teniendo el decoro
de enrularse
para contar como están hechas
las materialidades
de respiro y suspiro
de giros en espiral
siempre se puede ser más chico
y mas grande!
las flores conocen los números
el orden obsesivo no pareciera
ser cosa
solamente de algunas personalidades
viernes, 14 de marzo de 2014
estamos en el café
muy moderno
muchas mesitas
cada una su burbujita
tengo a las dos mujeres que charlan a mi frente
a eso de 1 m máximo.
ni me registran
El que me registra con aspecto grave está a mi diagonal izquierda
ahora que lo miro bien, no tan grave, pero si intelectual
creo que le cabe que yo esté escribiendo
quizá le hubiera gustado que use la palabra "agrada" en vez de "cabe"
las de enfrente mio no son las únicas burbujas
cada mesa es una
Las necesitamos para vivir
El intelectual esperaba a su mujer, que acaba de llegar
se para ansioso
para saludarla prepara en sus labios el beso
varios segundos antes
Ella tan cotidiana le encaja un pico
lo que da como resultado que el lama su boca cerrada
repugnante, pobre.
Ya no es "el intelectual" para mi.
Es un tipo
Que puedo ser yo, en unos años, bastantes.
Se fueron.
yo acá haciendome el existencialista
el observador
solo perfecciono el arte de la burbuja
lo continúo
Allá cuatro superporteños a mi derecha
hablando de lo boludo que es tal o cual
Batiendo cuál es la posta de tal o cual cosa
Una pareja de viejos a mi espalda
cada tanto volteo y me hago el otro para fichar
Uno más normalito, el otro un espanto de cascarrabia.
Lo que me estoy tomando es un coctel de sabores en polvo
se juntan atrás de la lengua unos pedacitos
y cuando se apoyan disparan cierto amargo-salado:
>indescriptible
que chanta ¿no? describir algo diciendo que no es descriptible
y encima dar vueltas al respecto, un papelón
me tengo que ir
pero acá dentro ni se nota la avenida ahí afuera
ni el subte ahí abajo
podría convidarlo con un faso al subte
como que tenemos alta relación, uacho.
muy moderno
muchas mesitas
cada una su burbujita
tengo a las dos mujeres que charlan a mi frente
a eso de 1 m máximo.
ni me registran
El que me registra con aspecto grave está a mi diagonal izquierda
ahora que lo miro bien, no tan grave, pero si intelectual
creo que le cabe que yo esté escribiendo
quizá le hubiera gustado que use la palabra "agrada" en vez de "cabe"
las de enfrente mio no son las únicas burbujas
cada mesa es una
Las necesitamos para vivir
El intelectual esperaba a su mujer, que acaba de llegar
se para ansioso
para saludarla prepara en sus labios el beso
varios segundos antes
Ella tan cotidiana le encaja un pico
lo que da como resultado que el lama su boca cerrada
repugnante, pobre.
Ya no es "el intelectual" para mi.
Es un tipo
Que puedo ser yo, en unos años, bastantes.
Se fueron.
yo acá haciendome el existencialista
el observador
solo perfecciono el arte de la burbuja
lo continúo
Allá cuatro superporteños a mi derecha
hablando de lo boludo que es tal o cual
Batiendo cuál es la posta de tal o cual cosa
Una pareja de viejos a mi espalda
cada tanto volteo y me hago el otro para fichar
Uno más normalito, el otro un espanto de cascarrabia.
Lo que me estoy tomando es un coctel de sabores en polvo
se juntan atrás de la lengua unos pedacitos
y cuando se apoyan disparan cierto amargo-salado:
>indescriptible
que chanta ¿no? describir algo diciendo que no es descriptible
y encima dar vueltas al respecto, un papelón
me tengo que ir
pero acá dentro ni se nota la avenida ahí afuera
ni el subte ahí abajo
podría convidarlo con un faso al subte
como que tenemos alta relación, uacho.
lunes, 10 de marzo de 2014
siendo se está
le vi:
blindó la sensibilidad
le sonrió
apretaron su hombro
le maldijeron con buenas palabras
y andaba con sus sueños delante de los ojos
sueños raros, complicados
blandió su sensibilidad
a veces puede ser dura como fósil
se deshace
le vi:
y vendió su sensibilidad
consiguió más que unas sonrisas
sirvió como sorpresa
alguna cara melancólica quedó
vibrando como si la reflejara el agua
tiritando como si la sostuviera una rama
y hay brisa
le vi, vive su sensibilidad
la acaricia
le da cachetazos
se muerde los labios
se cambia de mesas en el bar
se cambia de bar
más que encontrarse hay que perderse
el mismo andar es un espejo
y se metió en una librería
roba un libro compra dos
por los ojos por la boca
come alfajor mira pintura
sonríe se ríe salva la tarde
que ya obscurece
ser como un rulito de aire
pesar como quebracho
hincharse como un pecho
las bocinas son luces
que bañan tu remera toda la ropa
los terrenos están debajo
de la maqueta
la maqueta está dentro de otra maqueta que está
dentro de otra maqueta
cada par de ojos hacen lo suyo.
le veo
destruír orgulloso
construyendo mordor
dejé de ser cuidadoso
dejé de ser cuidadoso
y de pedazos
de retoños
de gazapos y pimpollos
construyo orgulloso
dejé de ser cuidadoso
ahora dormís en camas de cuchillos
boludo cualquiera...
ya espero que como bomba
mates a todos mis habitantes.
Dante Chianetta
te ChianDanetta
blindó la sensibilidad
le sonrió
apretaron su hombro
le maldijeron con buenas palabras
y andaba con sus sueños delante de los ojos
sueños raros, complicados
blandió su sensibilidad
a veces puede ser dura como fósil
se deshace
le vi:
y vendió su sensibilidad
consiguió más que unas sonrisas
sirvió como sorpresa
alguna cara melancólica quedó
vibrando como si la reflejara el agua
tiritando como si la sostuviera una rama
y hay brisa
le vi, vive su sensibilidad
la acaricia
le da cachetazos
se muerde los labios
se cambia de mesas en el bar
se cambia de bar
más que encontrarse hay que perderse
el mismo andar es un espejo
roba un libro compra dos
por los ojos por la boca
come alfajor mira pintura
sonríe se ríe salva la tarde
que ya obscurece
ser como un rulito de aire
pesar como quebracho
hincharse como un pecho
las bocinas son luces
que bañan tu remera toda la ropa
los terrenos están debajo
de la maqueta
la maqueta está dentro de otra maqueta que está
dentro de otra maqueta
cada par de ojos hacen lo suyo.
le veo
destruír orgulloso
construyendo mordor
dejé de ser cuidadoso
dejé de ser cuidadoso
y de pedazos
de retoños
de gazapos y pimpollos
construyo orgulloso
dejé de ser cuidadoso
ahora dormís en camas de cuchillos
boludo cualquiera...
ya espero que como bomba
mates a todos mis habitantes.
Dante Chianetta
te ChianDanetta
miércoles, 8 de enero de 2014
Si de buscar culpables se confunden, los tres me quedan hermosos
hay una bóveda
es por dentro de algodón
que recolectaron unos pibes
se lo dieron al arquitecto
por unos pesos
un hueco en cada punto cardinal
es por fuera de marmol, que parece crema pero es durísimo
dicen que ahí dejaste tu corazón
parecido a una remolacha hervida
y que quién se acerca recibe lo que da en forma de reflejo
{no sé quienes dicen eso, disculpá la frase hecha...}
la bóveda en un panteón
con las columnas altísimas, da mucho miedo
automatizaste a las ranas para que canten la alarma
y a tus dientes para que sean perros que muerdan
la puerta se cierra y se abre como todas las puertas
y como todas las puertas importantes tiene su llave
eso por un lado, son lindas metáforas
en realidad tu corazón puede estar corriendo por av libertador
o trepado al techo ondulado de la estación de tren
tu corazón puede ser una frazada
tu corazón puede estar en otro pecho
Yo lo inventé a tu corazón
y me compré buenas zapatillas para correr en su búsqueda
pero ya sabemos que no queremos una achura
quién quiere una tripa sola
la historia está en que no se puede dar más que trozos
pero nos queremos enteros
o nada.
Del panteón salen cuatro pasillos
que su vez se curvan a la izquierda
casi hasta tocarse uno con otro
los cuatro iguales
largos
todo de madera, hay modulares con fotos familiares
mesas servidas, tachos con agua y comida para perros
porta llaveros, fruteras, heladeras, portajabones, abrelatas
medias sucias, camisones, televisores, masetas con malbones, bicicletas
almohadas, tazas, ropa de cama, todo acomodado después del uso.
Se pueden caminar por un largo rato hasta que se terminen
Salen a un jardín
una Casa de vidrio coloreado hay en el medio
rodeado por hectáreas de lilas, berenjenas y rosas
Moras, los hijos de quienes viven ahí son pacíficos
y viven trepados a los árboles
toman jugo de uva.
Hay estatuas de arcilla roja pintadas con las moras pisadas
que queremos de todo esto
yo prendo el equipo, pongo a la música a trabajar
prendo un pucho, prendo un porro, prendo la luz, prendo un sahumerio
abro la canilla, la ventana, la puerta
escribo, quiero regalar una mansión y que parezca demasiado
sin embargo es de papel, y no me parece tierno.
El lugar no tiene cercos ni vigilantes
nadie lo va a encontrar.
La tierra de los caminos está tan lisa que parece de tela
el verde de las copas tan verde, este lugar tan perfecto no es para mi.
la verdad es que estoy pensando en un monoambiente en microcentro.
lo dejamos en la ironía.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)