tres hurras para grangol

Cuando era grande queria ser esqueiter de la muerte.
Ahora me conformo con observarte montando un pino de a pedazos.
Acompañar una mandada de niños que te tiran con pedazitos de voligoma que despegan de las pieles de sus dedos.
Me hurge agujerear con agujas, ultrajar cualquier traje, barato o caro. Como un robot encolerizado, revolear mis brazos brillantes, lustrosos hacia todos lados, sibilante de rabia.
Donde enchufes el calor, tené cuidado, porque el sota más sota, no es el que se acota sino el que derrota el delirio terracota. E, infinitamente, vení, acercate, no te me escapes.
Cuando sabia hablar iba a ser locutor. Ahora me conformo con reglas milimetradas, calibres deliberados, instituciones espásticas. Como las cruces, espásticas ¿o asiáticas? ¿estáticas?... no,no,no! ENFÁTICAS.
Cuando donde creces duela. Donde cuando subir caiga. El placer-ardor convirtió la mermelada en chicles mentolados:







Dante Chianetta
te ChianDanetta